Un tema delicado y de controversia.



Es difícil emprender un camino, tratando de entender lo que quizá nunca podamos asimilar en plenitud, ni la más sofisticadas de las ciencias actuales, ni algún movimiento Filosófico o algún gran personaje clásico o contemporáneo, podría darnos la resolución a esta interrogante que nos afecta como humanidad desde siempre, pero al fin y al cabo es un mero comentario, empírico y cargado de emoción contenida. La Muerte.

Si bien es cierto, como sociedad podemos convenir en ciertos puntos tales como; Nadie la espera, implica sufrimiento para la familia de deudo, es una constante que evadimos, en ocasiones es posible inhibirla, aplazarla o incluso evitarla. En síntesis, evidencia de una misma temática.

Tomando en cuenta que morir es tan natural como nacer y vivir, ¿Por qué nos cuesta tanto enfrentarla y/o asumirla?, pues bien, sería lógico pensar que nadie está preparado para ver partir a un familiar o inclusive, saber de antemano que se tiene un tiempo terrenal predeterminado, entonces surge la pregunta ¿Cómo actuar?

Más allá de intentar buscarle una arista positiva, que en momentos de melancolía evidentemente es difícil o imposible establecer, me surge los siguientes cuestionamientos; ¿Podría ser un regalo de Dios (u otro ente superior según la perspectiva Religiosa) el termino de nuestro paso por este mundo cada día más decadente, en pro de una "vida mejor" y plena?, ¿Podríamos algún día recibir una defunción con entereza?,esto, entre tantas otras ideas relacionadas.

Más aún, ¿Podría la madre de un hijo difunto, poder llegar a esta pseuda teoría?, ¿Podría aquella madre esbozar satisfacción de ver a su hijo en un estado de plenitud?, aún sabiendo que nunca más lo podrá ver, que nunca más lo podrá oír, entendiendo que, lo que Dios le brindo en algún momento, ahora requiere para si. esquivando el claro egoísmo. Esto, a mi juicio, necesitaría un coraje y una frialdad abrumadora, pero sería un dolor más apaciguado dentro del trauma natural.

Estos últimos días me he desayunado con la idea de ver partir a otro familiar directo, no hay día en que no lo piense, no hay instante en que no lo lamente, teniendo la latente idea que cada momento que pasa es un respiro menos, una enfermedad tan silenciosa como maldita, una afección tan repentina como melancólica. Trato de aplicar mi tesis, trato de entender esta partida como un regalo para mi abuelo, un nuevo respiro, un mejor devenir, no niego la congoja que en ocasiones me agobia, quizá es lo que enuncié como "egoísmo", trato de imaginar como lo asimila mi abuela, mi madre, ponerme en su lugar, y me es difícil siquiera llegar a pensarlo, es por ello que pretendo aprovechar cada instante junto a los míos, esta vida, a mi mismo y mi entorno, como si cada día fuese el último. En síntesis, comenzar a vivir...


Un abrazo Abuelo, te quiero.

2 comentarios:

Nunca me ha tocada vivir una muerte de una pariente cercano, ni de nadie gracias a Dios, aunque una vez fui a uno de una abuelita que cuide y ya al acercarme a su ataud tuve una pésima sensación imagino como será cuando alguien cercano este ahi... Pero todo tiene un final, las personas siempre buscan el vivir para siempre o cosas asi, quizas sea un regalo de Dios, lo que se da no se quita se dice... Nada muere todo se transforma, es mejor pensar que tu abuelo vivio su vida , todos tenemos una oportunidad para vivir la vida como uno desee , el la vivio la disfruto pienso yo... Me gusto lo que escribiste me hizo pensar porque hay veces en que no me gustaria existir (no lloraré...) por simples problemas, me gustaria morir ... Al leer esto me hizo pensar que tengo una vida UNA SOLA y no voy a escribir más porque estoy a punto de llorar ajajaja ya Diego Cuidate ah Un Abrazo :)

 

Oye voy a tener un hermanito la polola de mi papá esta embarazada :)Espero sea niñito para que mi papá cumpla su deseo de tener un hijo al fin :B

 

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